viernes, 3 de octubre de 2008

Sistema carcelario.

Me sorprende mucho que la sociedad se preocupa muy poco por las causas del delito. Por lo que recuerdo haber leído alguna vez, del orden del 90% de los delincuentes han tenido serios problemas en su infancia. Hijos no queridos ni atendidos están en el primer lugar. Muchos ven esta realidad y tienden a ser condescendientes con su culpabilidad. Pero los buenos ciudadanos son aún menos culpables de la criminalidad. Pero la sociedad no ha tomado conciencia que es mucho lo que se puede hacer para evitar el nacimiento no deseados, y/o los problemas graves de la infancia.
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Dada esta realidad no parece que en el corto plazo vaya a disminuir el peligro permanente que acecha a los ciudadanos. Tengo una propuesta, pero como siempre, no tengo forma de que alguien me diga “Señor lo suyo es una porquería”. Mucho menos de deliberar sobre la misma. Pero la digo dando una primer idea elemental:
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Se trata de crear “ciudades aisladas”, donde los delincuentes o los procesados puedan vivir en condiciones muy similares a la libertad, pero que no puedan salir de allí. También podría acomodar a algún tipo de menores con sus familias. Ahora las cárceles no alcanzan y casi todas son escuelas de delincuencia, hay que construir tales ciudades que solucionarían varios problemas. Ojo, habría varios niveles de peligrosidad en ciudades separadas: 5 para delincuentes varones y dos para mujeres. Los mismos delincuentes irían construyendo esas ciudades. Tendían amplio espacio para chacras para que se cultiven su propia comida. Dependiendo del nivel de peligrosidad, habría fábricas, talleres, escuelas, casas individuales (y en muchos casos para que vivan en familia), y muchas de las características de los pueblos libres. Podrían vivir familiares no condenados, los que tendrían libertad de salida sin problemas. Los niveles de peligrosidad estarían claramente separados sin contacto alguno entre unos y otros. Con buena tecnología la evasión se haría imposible.
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Claro que hay muchos detalles para discutir pero antes que nada debería aprobarse el criterio para experimentar, por lo menos con el menor nivel de peligrosidad. ¿Será tan absurdo lo que digo que no lo aprueban ni reprueban?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

O sea, Hacemos campos de concentracion?

Unknown dijo...

No. Las nuevas ciudades de entrada y salida restingida no tienen nada que ver con campos de concentración. Serían una ciudad como cualquier otra, donde sus habitantes estan mezclados. una ciudad donde se puede trabajar y estudiar, donde se puede vivir en familia y con plena libertad, donde hay dinero y cada uno puede comprar o vender en libertad. Una ciudad como cualquier otra, con una restricción: Los condenados no pueden abandonarla (existe buena tecnología para asegurar esto). Los no condenados podrían salir y entrar de tales ciudades. El uso de armas estaría absolutamente prohibido. Los condenados tendrán pocos motivos para salir, pues allí pueden estudiar, trabajar y vivir una vida normal. Solo podrían salir una vez que hayan probado que están habilitados para vivir en otras ciudades, o cuando hayan cumplido su condena.
En esas ciudades los condenados deberán trabajar o estudiar a horario completo (con los descansos para esparcimiento normales, pero sin tiempo para la vagancia). Podrán tener su familia. Quien delique en esta ciudad tendrá que ir a las cárceles convencionales. El objetivo fundamental es crear un ambiente sano, sin drogas, de trabajo y estudio, con el trincipio de la reinserción social. En esas ciudades podrán instalarse todo tipo de organizaciones de bien público como fundaciones o religiones. No es algo tan fácil de conseguir pero me parece que vale la pena intentarlo.

Anónimo dijo...

Ahora pienso en una alternativa para los casos no muy graves. Por ejemplo haciendo en tales ciudades, lugares de trabajo donde la gente pueda trabajar sus 40 horas semanales, repartidos en 6 o 7 días. Y en ese caso podrían salir de las ciudad, cuando se considere que eso no implca peligro alguno para nadie. Es cuestión de estudiarlo bien.